Durante su ponencia, Nkopane Tshehla, director general de Larocure, se centró en localizar los casinos terrestres africanos y los problemas de un panorama en constante evolución. Tshehla empezó por destacar la juventud de la población africana, con una edad media de 19 a?os y lo atribuyó a décadas de inversión en capital humano.
Cheshire destacó la importancia de invertir en la juventud para impulsar la emancipación económica y la transformación cultural. El presidente de Sudáfrica, Ramaphosa, coincidió con este sentimiento y recalcó la vitalidad de localizar para estimular el crecimiento y la transformación. Todo ello, para crear un entorno propicio para el crecimiento inclusivo.
El juego, opinó, explotará en todo el continente africano y se convertirá en una industria multimillonaria, similar a su auge en Occidente.
Se centró en los casinos terrestres, ahondó en los orígenes históricos del casino y se remontó a una casa de juego en Venecia en 1638. Con el paso de los siglos, el concepto ha evolucionado hasta convertirse en lo que hoy reconocemos como un casino. Sin embargo, se?aló que el casino tradicional terrestre se enfrenta a retos de la era moderna.
Tras identificar retos como disminuir el número de visitantes, la recesión económica, el juego en línea, los impuestos estatales, la lentitud de los avances tecnológicos y la rigidez del espacio normativo, propuso medidas para sostener la industria de los casinos. Entre ellas, figuran invertir en investigación y desarrollo (I+D) para el futuro, localizar la tecnología de los casinos, fomentar la identidad local en tecnología e integrar la inversión social corporativa en las iniciativas de I+D.
Tshehla subrayó el potencial de la población joven de áfrica y citó los 716.000 promotores del juego registrados en el continente. Sugirió asociarse con los talentos locales, invertir en ellos y desarrollar juegos y hardware que tengan resonancia en cada país. El objetivo es crear un prototipo de gabinete, que evolucione orgánicamente a lo largo de los a?os, de forma similar al desarrollo de las tragaperras de los casinos.
La propuesta también incluía localizar el espacio de los casinos e instar a los desarrolladores africanos a crear sus propios gabinetes de casino. Tshehla recalcó el impacto económico y sugirió que dar una oportunidad a los desarrolladores africanos daría lugar al desarrollo de un hardware que se identificaría con la cultura local.
Además, Tshehla animó a integrar la inversión social corporativa en las iniciativas de marketing y usarla como parte del desarrollo empresarial para mantener el negocio. Sostuvo que invertir en juegos y herramientas comerciales locales ayudaría a mantener el aspecto de centro social de los casinos terrestres, a pesar del auge del juego en línea.
En conclusión, el futuro de los casinos terrestres africanos, según Tshehla, pasa por un crecimiento orgánico gracias a las estrategias propuestas. Reforzar el desarrollo de software y hardware, fomentar un sentimiento de identidad y abordar las barreras lingüísticas con lenguas regionales son elementos clave para revolucionar el entorno de los casinos en áfrica.
